La fase B del proyecto incluye la construcción de un tramo crucial desde Bocas del Drago hasta las playas de Bluff y Paunch, así como la instalación de puentes vehiculares y carriles para bicicletas. Con una inversión estimada de más de 350 millones de dólares, se espera que esta mejora de infraestructura no solo impulse el turismo, sino que también promueva el desarrollo económico en toda la región de Bocas del Toro.
En conclusión, si el desarrollo puede equilibrarse con la preservación ambiental, esta iniciativa podría representar un punto de inflexión positivo para Bocas del Toro. No solo mejoraría la calidad de vida de sus residentes y aumentaría su atractivo como destino turístico internacionalmente reconocido, sino que también abriría nuevas oportunidades de inversión. Esta combinación de factores convertiría a la isla en un lugar ideal para nuevos proyectos económicos, contribuyendo al crecimiento y al auge económico de la región.